Es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde. Escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar. Que no vas a recibir nunca. Que como tú me enseñaste, cuando acabe de escribirla la quemaré, los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor, cómo era... ¿como decías tu? Ah ya!, así ese dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser clara. Sería una imbécil si no gritara que me he equivocado, contigo.Que la he cagado pero bien, desde el principio. He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar, ¿que locura no? empeñada en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar.
Dónde está el secreto del futuro? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro.Claro.. hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros. Solo que las cosas pasen, o no? si, no, si, no. Y ahora lo tendría claro. Pero ahora ya no depende de mí, sino de ti, te quiero.
Y vuelvo a ser aquella, aquella que va por la vida a 200 kilómetros, la que no piensa en las consecuencias, esa que abrazada a una botella de barceló se aferra a los recuerdos, vuelve esa que por despecho o por diversión juega a querer en una noche, aquella que con un cigarro ahoga los sentimientos, que junto al humo expulsa los recuerdos, ese huracán que aparenta normalidad, que todo le resbala, vuelve esa que se ríe de todo, la que puede pasar una noche entera bailando sobre unos tacones, volver a las 7 de la mañana con ellos en la mano, sin maquillaje, con la camisa mal abrochada y buscando en la cama un poco de calor, vuelve aquella a la que nadie entiende, esa que únicamente se mueve por impulsos, la que no hace caso a eso que llaman razón, la misma que hacia solo lo que sentía y nunca lo que debía, vuelvo a ser la misma niña desorientada, la que siempre se mete en líos, la que ya todo le da igual, vuelve esa que va aparentando fortaleza mientras nadie sabe que por dentro es alguien demasiado frágil, vuelve el mismo huracán de emociones que un día fui.